La aplicación de frío desencadena tres reacciones básicas.
En primer lugar, a nivel celular, la respuesta metabólica de las células se reduce, por lo que las células necesitan menos oxígeno para funcionar y, por lo tanto, sufren menos lesiones hipóxicas.
En segundo lugar, disminuye la permeabilidad de las paredes de los vasos sanguíneos, lo que reduce la cantidad de líquido que se acumula en el área lesionada.
En tercer lugar, el frío adormece el área hasta cierto punto, actuando como analgésico tópico.
Una de las mejores cosas del resfriado es que no anula los efectos beneficiosos del proceso de curación natural del cuerpo.